La clave de la comunicación: Poner límites sin amenazas





A diario son múltiples las situaciones que los padres deben enfrentar con sus hijos y muchas de ellas en ocasiones son vistas como un problema, transformándose poco a poco en momentos desagradables y de mucha tensión con el niño.

Pero estos momentos complicados pueden transformarse en un aprendizaje y crecimiento positivo, tanto para el niño como para la familia y es que enseñarles a separar los sentimientos de la acción es fundamental para formar conciencia en el pequeño. Es importante que los padres le hagan saber que el problema no es la emoción del momento, sino las malas conductas que nacen a partir de, por ejemplo, el enojo.

Si no se hace lo que él quiere, se le debe explicar por qué de manera lógica y didáctica, de esta forma se le dará a entender que no es malo enojarse, que es algo natural y parte del ser humano.

Fijar límites sin amenazar lleva a una zona de confort a la familia entera, hacerle saber el niño que hay situaciones negociables y otras no. Darle ejemplos y ser empáticos con él traerán consigo un mejor conducta y aprendizaje profundo, además mejorará el ambiente familiar y el pequeño sabrá cómo manejar sus emociones en cualquier situación futura.