Si la respuesta es un sí, no te preocupes. Entre el año y 3 años es muy normal, e incluso esperable que esto pase porque los niños están viviendo una etapa del desarrollo conductual fuerte y la mordida se transforma en una manifestación de: rabia, ansiedad y temor.
Es importante que ellos aprendan a expresar estos sentimientos de forma positiva y es nuestra tarea apoyarlos en este proceso, a través de contención, entendimiento y confianza.
Para lo anterior es importante entender bajo qué situaciones ocurre y por qué tu hijo muerde. Conocer la emoción que lo invade y lo lleva a hacer esto en particular y no otra cosa nos ayudará a indicarle otra forma de expresión.
Algunos tips para enfrentar esta situación