La frustración en niños





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La frustración es esa desagradable emoción que nos encontramos en aquellas situaciones donde no podemos conseguir algo que nos es importante. Por ende, enseñar a los niños desde pequeños a tolerar la frustración les permite afrontar de manera positiva: retos problemas, dificultades y limitaciones que se les presentarán en la vida. Es importante trabajar sobre esto y claro que se puede. No obstante, hay factores que influyen en la capacidad que tendrá cada niño:


  • Temperamento y carácter, cada cual tendrá una distinta tolerancia a la frustración.
  • Tener una educación basada en las emociones, con autoconciencia y autoconocimiento.
  • Clima familiar y estilo educativo de los progenitores: los extremos, entre un estilo educativo autoritario - que genere frustración continúa en los niños - y un estilo permisivo o sobreprotector - que elimine cualquier frustración y atienda todas las peticiones que hacen -.

Durante la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su alrededor y que conseguirán al instante lo que piden. Al no tener desarrollado el concepto del tiempo, los niños, no saben esperar, lo que les impide visualizar logros en el tiempo. Es entonces cuando hay que enseñarles a tolerar la frustración. Si los padres Intentamos complacer siempre a los niños evitando que se sientan frustrados ante cualquier situación, estamos desfavoreciendo su desarrollo integral como persona, puesto que cuando sean adultos, tendrán que enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso.


Características que podemos reconocer:


  • Tienen dificultades para controlar las emociones.
  • Son más impulsivos e impacientes.
  • Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de manera que, al afrontar la espera o postergación, pueden reaccionar con rabietas y llanto fácil.
  • Son más susceptibles a presentar problemas de ansiedad o depresión ante grandes conflictos o dificultades.
  • Perciben cualquier límite como injusto y que va en contra de sus deseos.
  • Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
  • Manifiestan una tendencia a pensar de manera dicotómica: una cosa es blanca o negra, no hay punto intermedio.
  • Evitan nuevos retos que puedan exponer sus limitaciones.

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Para conseguir que los niños aprendan a tolerar la frustración, los padres debemos evitar la sobreprotección y no abusar de la permisividad, conducta que se presenta al ceder ante cualquier requerimiento del niño, de forma que este siempre consigue lo que quiere y nunca se enfrenta a situaciones negativas, difíciles o frustrantes.


Técnicas para enseñarles a tolerar la frustración


  • Sé su modelo, que vea como afrontas problemas y dificultades cotidianas.
  • Enséñale a identificar y a poner nombre a las emociones qué siente. Esto le ayudará a conocer mejor su mundo interno y a gestionar mejor sus emociones.
  • No le digas que sí a todo lo que pida ni resuelvas los problemas que puede aprender a resolver solo. Por un lado, enséñale a esforzarse para conseguir lo que quiere y a afrontar las dificultades sin abandonar. Por otro, enséñale cuando tiene que asumir un “no”.
  • Acompáñale emocionalmente cuando esté enfadado y ayúdale a relajarse cuando el momento de tensión haya pasado.
  • Una vez hayas marcado un límite, no cedas. Enséñale que a veces es “no”.
  • Márcale objetivos realistas y razonables, sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.
  • Enséñale a ser perseverante. Esto es esencial para que logre superar situaciones adversas y también logre solucionar muchos de sus problemas.
  • Enséñale cuándo tiene que pedir ayuda. Antes de pedirla debe haber intentado encontrar una solución.
  • Ayúdale a encontrar soluciones alternativas. "¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonar aquello que estás haciendo?".
  • Convierte la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para aprender cosas nuevas. Cuando haya pasado la dificultad, háblale de las cosas que lo han ayudado a afrontar el desafío y las que no.

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En resumen, la frustración forma parte de la vida. Y aún cuando no se puede evitar, si se puede aprender a manejarla y superarla. Aprender a tolerar la frustración hace más fácil que nos enfrentemos con éxito en la vida. Por eso, cuanto antes aprendamos, será mejor para nosotros.